sábado, 15 de noviembre de 2008

Crónica del fin de Signos

Me encontraba un día feliz como suelo estar, escuchando los maravillosos pitidos de los coches que circundaban la ciudad, comiendo una nieve de pistache, sentado en una banca del parque. Solo, pero contento. Un pensamiento me atrofio la mente, ¿qué va a pasar cuando me valla de Signos? Mis ojos cambiaron hasta de color por la pregunta que se me hizo presente, -Llevo casi 6 años en este lugar, me he adaptado a la escuela, a la gente, a esta vida de rechinantes días en esa casa con alberca. Trate de no estresarme y pensar: -Es que acaba un ciclo, pero eso no me ayudó, -Cambios positivos, no me ayudó, -Entraras a la grandiosa universidad, menos me ayudo.

Pareciendo un perrito sin collar se encontraba mi mente, estoy dejando afuera día por día algo que había hecho mío, que había logrado convertir para mi beneficio y de repente una fecha más, un papelito, una ceremonia y un que te vaya bien. Perder todo lo que he logrado en esa escuela.

Entré en pánico al pensar esto, entre en ese sentimiento de desesperación y al final pensé: -Lo único que voy a extrañar es a mis amigos y los seguiré viendo.

Así terminó mi delirio mental, Signos me ha dado mucho, pero me ha dado más un comentario afectuosos, una disciplina o la capacidad para despegarme de las cosas. Aún falta un semestre y una unidad y le digo a Signos: –Ya no te necesito, te extrañaré pero no tanto como extrañaria dejar el televisor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hurra!!

Fabiola dijo...

jo, bienvenido a mi mundo ñoño amargado haha.
que haremos al irnos de Signos??

yo me convertire en vagabunda y me iré a vivir debajo de un puente, si quieres te invito =)

Mary J. Varher dijo...

mmm... ke no piensas seguir posteando?